Cuando Craig Joubert pitó el final de la
Rugby World Cup de 2011 y puso fin así a los 24 años de espera de Nueva Zelanda
por sostener la RWC, las celebraciones se dispararon a lo largo y ancho del
país, en la cancha, el equipo de Graham
Henry celebró su victoria ante Francia por 8-7 que culminó ocho años de duro
trabajo bajo su tutela como entrenador de los All Blacks e hizo que Richie
McCaw levantara por fin la Webb Ellis Cup.
Por otro lado los wallabies se quedaron
con un merecido tercer lugar del campeonato tras vencer a Gales 21 – 18, en un
partido vibrante.
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